| Reseña: | 
                 
                   La vejez es un proceso biológico lento 
                    que aparece como consecuencia de la acción del tiempo 
                    sobre el ser humano, que produce una involución cronológica 
                    en dos etapas correlativas, la presenescencia a partir de 
                    los 50 años y la verdadera senescencia o vejez a partir 
                    de los 65 años, provocando una serie de cambios o alteraciones 
                    morfológicas (fisiológicas, psicológicas 
                    y sociales del individuo).  
                    El organismo en el transcurso de la vida va sufriendo modificaciones. 
                    Estas modificaciones son imperceptibles día a día, 
                    sin embargo las observamos claramente en períodos de 
                    tiempo prolongado. La persona que vemos diariamente no nos 
                    da la impresión de los cambios que presenta. En cambio, 
                    sí será fácilmente observable cuanto 
                    más tiempo haga que no las vemos.  
                   
                  Todos los cambios fisiológicos del envejecimiento 
                    se traducen en una pérdida de adaptabilidad al medio, 
                    es decir, disminuye la capacidad de respuesta ante agresiones 
                    (infecciones, traumatismos etc.). Es por ello, que los individuos 
                    de edad avanzada pertenecen al grupo de alto riesgo.  
                    Además de los cambios físicos se añaden 
                    las alteraciones psicológicas. El individuo a lo largo 
                    de la vida va cambiando de rol: de hijo protegido por los 
                    padres, pasa a ser padre y protector para pasar posteriormente 
                    a depender de los hijos.  
                   
                   
                   
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